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Impulsividad en el aula. ¿Cómo se detecta? ¿Cómo se gestiona?

Impulsividad en el aula. ¿Cómo se detecta? ¿Cómo se gestiona?

Este es mi primer artículo en Justifica tu respuesta relacionado con la impulsividad. Un tipo de comportamiento que se da a diario en las aulas con determinados alumnos y que no siempre sabemos gestionar debidamente.

Es por eso que este artículo tiene la intención de dar unas pautas muy concretas para entender qué es el comportamiento impulsivo, cómo se manifiesta en las aulas y de qué manera puede gestionarse desde una perspectiva pedagógica.

Sin más demora, zarpamos…

¿Qué entendemos por impulsividad?

Este artículo no hubiera sido posible sin la lectura del libro titulado La inteligencia que aprende escrito a cuatro manos por José Antonio Marina y Carmen Pellicer. En este libro se da a conocer cuáles son las principales funciones ejecutivas entre las que encontramos, cómo no, el control de la impulsividad.

En su libro Marina y Pellicer afirman que la impulsividad es:

  • Una tendencia a actuar demasiado rápido, de manera irreflexiva o desordenada.
  • Una tendencia a buscar la gratificación inmediata, lo que complica el hecho de proponerse metas a medio o largo plazo.
  • Una tendencia a no poder impedir determinadas acciones automáticas.

Porque la impulsividad ha sido un aspecto que ha preocupado a no pocos educadores. De hecho, la propia María Montessori incide en la importancia de aprender la contención para descubrir nuestra verdadera interioridad.

De hecho, un niño desde su infancia aprende a:

1. A esperar una respuesta en lugar de de exigirla al instante

2. A hacer algo.

3. A reflexionar.

4. A tener voluntad.

Padres y madres enseñan a sus hijos a inhibir sus impulsos a través del lenguaje. Y en ese control de la impulsividad se dan dos etapas: aprender y conseguir que obedezca.

  • Conseguir obedecer
  • Precipitación en las tareas, pero sin lograr terminarlas
  • Demanda continua de la atención de un adulto
  • Incapacidad de aplazar la recompensa
  • Irritabilidad y humor variable
  • Desorganización
  • Propensión a la agresión y al desafío
  • Poca memoria a corto plazo
  • Dificultad a la hora de seguir unas instrucciones
  • Preguntar lo que se acaba de decir
  • Momentos de ausencia y desconexión
  • Propensión a proferir comentarios inadecuados
  • Dificultad para estar sentados
  • Poca focalizacicón, les cuesta hacer una sola acción a la vez
  • Poca paciencia y autocontrol

Cómo se manifiesta la impulsividad en las aulas.

Seguro que ahora que acabas de leer estas características estarás pensando en algún alumno de tu clase. Es más, seguro que muchos de nosotros cometemos el error de culpabilizar a ese alumno por su comportamiento. Y culpabilizando no se mejora una situación, todo lo contrario, tiende a empeorar.

Es por eso que como docentes nuestro mayor desafío, en palabras de Marina y Pellicer, es:

“Mantener el equilibrio entre el control de la impulsividad y la tendencia a la pasividad en el aprendizaje es tu desafío”.

¿Y cómo debemos afrontar este desafío? Marina y Pellicer proponen once actuaciones en su libro, de las que destacaría estas tres:

  • Refrenar la respuesta natural predominante
  • Buscar alternativas aceptables
  • Convertir en hábito el patrón de respuesta correcta

A partir de aquí, veamos cuáles son algunos factores que ayudan a controlar la impulsividad en el aula:

  • Poner límites explícitos y visibles. Esto afecta tanto al comportamiento en el aula como a los procedimientos que realiza en la misma.
  • Proponer tareas que impliquen para el alumno un alto grado de motivación. Sobre cómo motivar a tus alumnos te recomiendo la lectura del artículo 11 Claves para enseñar motivación en las aulas.
  • Tener muy en cuenta el espacio y distribución del aula e insistir en el orden.
  • Pautar tiempos de descanso.
  • Pautar de forma muy clara las tareas. No dar más de una instrucción a la vez. Se recomienda dar las instrucciones de cualquier tarea por escrito. en mi caso utilizo la pizarra digital.
  • Recompensar la tarea.
  • Pautar un tiempo para que el alumno exprese cómo se está portando y cómo ha realizado las tareas en el aula.
  • Anticiparse a la necesidad de demanda.
  • Dar órdenes o instrucciones contradictorias o ambiguas, sobre todo en una misma lección lectiva.
  • Abusar de las tareas mecánicas o repetitivas.
  • Mostrar indiferencia ante un logro, sobre todo, cuando este no es pequeño. Sobre cómo responder ante el logro de un alumno te recomiendo la lectura del artículo 4 Maneras de responder ante el logro de un alumno.
  • Desorden tanto en la distribución del aula como en la ejecución de las tareas.

¿Qué factores que promueven la impulsividad deberían eliminarse en el aula?

Otras estrategias que ayudan a controlar y gestionar la conflictividad en el aula.

Además de las actuaciones que acabo de indicar, existen otras estrategias efectivas que ayudan mejorar y modelar la impulsividad y que giran en torno a tres grandes ejes: entornomodelado y desafío. Dado que son muchas las actuaciones que se pueden llevar a cabo en estos tres ejes, seleccionaré aquellas que más me han llamado la atención del libro de Marina y Pellicer. Son estas:

1. Estrategias de impulsividad relacionada con el entorno.

  • Exponer claramente la recompensa antes que el logro.
  • Colocar a los alumno impulsivos en un lugar que sea visible en todo momento para el docente.
  • Dar responsabilidades específicas y fáciles de llevar a cabo.

2. Estrategias de impulsividad relacionadas con el  modelado o formación y consolidación de hábitos.

  • Elogiar inmediatamente el logro.
  • Identificar situaciones de calma y ayudar a reconocerlas y distinguirlas.
  • Hacer que el alumno verbalice los pasos de una determinada tarea.
  • Generar situaciones de cooperación con otros compañeros de clase.

3. Estrategias de impulsividad relacionadas con el desafío.

  • Pedir pequeños favores que hagan de forma gratuita y que generen complicidad con el docente.
  • Ir posponiendo paulatinamente la recompensa en el tiempo para que incremente su control y aprenda a ser más paciente.
  • Eliminar paulatinamente recompensar de carácter material.

La impulsividad como desafío en el aula. A modo de conclusión.

Si algo he aprendido del libro de Marina y Pellicer es que no sólo es posible detectar la impulsividad de un alumno en el aula, sino que también se puede trabajar de manera consciente y de una forma programada para poder así reconducirla.

Conseguir que un alumno impulsivo escuche con atención, piense previamente en las consecuencias de lo que va a hacer o a decir, reflexione sobre lo que hace o mantenga la calma ante una situación imprevista es, sin duda, todo un reto para cualquier docente. De ahí que espero que estas pautas os sirvan, cuanto menos, como punto de partida para el correcto desarrollo personal del alumno y una buena convivencia en el aula.

Fuente del artículoLa inteligencia que aprende, de José Antonio Marina y Carmen Pellicer.

 

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